¿Cómo ta’ la vaina? Espero que hayas tenido buena semana.
Hoy te quiero contar una historia, llamémosla…
“Alejandra volaba a ciegas”.
Había una vez… jaja, ya, en serio.
Hace ocho años, Alejandra fundó su propia agencia de seguros en Chicago. Su pasión por ayudar a sus clientes y hacer crecer su equipo la convirtió en una referencia dentro de su sector. Sin embargo, había algo que siempre posponía: llevar un control detallado de las finanzas de su negocio.
Alejandra se concentraba en las ventas, en sus agentes y en el día a día de la operación. Revisar los números quedaba relegado a la temporada de impuestos. Se sentía bien «volando su avión» a toda velocidad, pero había un problema… no tenía un tablero de control que le diera la información necesaria para maniobrar de forma segura.
El momento en que todo cambió
La situación dio un giro cuando el carrier captivo de P&C con el que trabaja decidió dejar de emitir pólizas para un tipo de cliente en específico que representaba el 30% de su libro de negocios. Alejandra entró en pánico. Sin tener un sistema contable claro, no podía tomar decisiones rápidas ni recortar gastos de manera eficiente. El impacto financiero negativo era inevitable.
Fue entonces cuando decidió buscar ayuda. Se dio cuenta de que llevaba años operando sin un sistema de control financiero sólido, y como repito constantemente: «No puedes gerenciar lo que no mides». Junto a mi equipo, Alejandra implementó un sistema contable robusto que no solo le permitió salir de ese angustioso episodio, sino fortalecer las bases de su negocio para el futuro.
¿Por qué esto es importante?
La historia de Alejandra nos recuerda que gestionar un negocio sin control financiero es como volar un avión a ciegas. La contabilidad es ese «tablero de control» que te permite navegar con seguridad, tomar decisiones informadas y evitar crisis. Si no sabes dónde estás financieramente, no puedes ajustar tu rumbo cuando más lo necesitas.
Lecciones clave de la historia de Alejandra:
- Tomar decisiones acertadas comienza con la contabilidad:
Alejandra aprendió que sin un sistema financiero claro, las decisiones se basan en suposiciones. Los informes contables te muestran exactamente qué áreas están funcionando bien y cuáles necesitan ajustes. - Evitar sorpresas fiscales:
Alejandra solía dejar las finanzas para la temporada de impuestos. Sin embargo, mantener la contabilidad al día le habría permitido evitar sorpresas desagradables con el IRS, cumpliendo con sus obligaciones fiscales a tiempo y sin estrés. - Protege tu negocio y prepáralo para el futuro:
Gracias a la implementación de un sistema contable, Alejandra pudo ajustar su estrategia y estabilizar su negocio. La contabilidad no solo te ayuda a salir de situaciones difíciles, sino que también construye una base sólida para crecer a largo plazo.
3 acciones que puedes tomar hoy para no «volar a ciegas»:
- Implementa un sistema contable robusto:
No importa si usas una herramienta sencilla por tu cuenta como QuickBooks o si decides contratar a un equipo especializado, lo importante es tener un sistema claro para registrar y analizar las finanzas de tu negocio. - Revisa tus números regularmente:
Alejandra cometió el error de no revisar sus cifras hasta que ya era tarde. Dedica tiempo semanal o mensual a analizar tus estados financieros y ajustar estrategias cuando sea necesario. - Haz de la contabilidad una prioridad, no una obligación:
La contabilidad no solo es una tarea administrativa; es el corazón de tu negocio. Conocer tus números te da el poder de tomar decisiones estratégicas y planificar el futuro de tu empresa.
No esperes a que tu negocio esté en crisis para tomar el control.
La historia de Alejandra es la historia de muchos agentes y dueños de agencias. No permitas que la falta de control financiero te haga perder oportunidades.